¿Si tuvieras que elegir entre vender un riñón o dejarte atropellar en Nueva York para conseguir dinero, qué elegirías y en cuál calle quieres que te atropellen?
En esta obra nuestros protagonistas, Matilde y José, están hasta el cuello de deudas, perdieron su casa y para colmo, Matilde está en el hospital. Aunque juegan a la quiniela cada día, no han tenido suerte en ganar premios, José trabaja como falso testigo en los juicios de accidentes de auto, aunque está pensando en subir de puesto y directamente ser una víctima de un atropellamiento, de preferencia en Nueva York que es donde pagan mejor.
El problema es que Matilde necesita operarse, no quiere que José se vaya, ella piensa que vender un riñón es la mejor opción para conseguir dinero.
La acción ocurre en la sala del hospital, los personajes tienen más de cincuenta años, el texto está en la página de Celcit o en el canal de Telegram.

Espero que hayas disfrutado esta historia tanto como yo disfruté al escribirla, no puedo agradecerte lo suficiente tu apoyo. Ser un escritor sin lectores no tiene sentido.
Freno de mano, obra de teatro dos personajes
Víctor Winer
P e r s o n a j e s
MATILDE
JOSÉ
MATILDE TIENE CINCUENTA AÑOS. UN VIEJO CAMISÓN LE CUBRE EL CUERPO Y LAESPERANZA. HACE DÍAS QUE NO DUERME. JOSÉ TIENE ALGUNOS AÑOS MAS QUE MATILDE. VISTE UN ANACRÓNICO SACO. LA VESTIMENTA NO ES SU FUERTE: CAMISA Y CORBATA NO ARMONIZAN ENTRE SÍ. PIEZA DE HOSPITAL. MATILDE ESTÁ RECOSTADA EN LA CAMA. ENTRA JOSÉ, QUE OCULTO BAJO SU SACO TRAE COMIDA Y BEBIDA.
MATILDE: Me operan mañana.
JOSÉ: ¡Mañana! ¿Cuándo te avisaron?
MATILDE: Hoy, apenas te fuiste para los tribunales vinieron el médico y la enfermera. Mañana a las ocho entro al quirófano.
JOSÉ: ¿Cómo pueden cambiar de idea de un día para otro? Ayer nos dijo que teníamos un mes por delante.
MATILDE: El médico vio los análisis y no quiere esperar más.
JOSÉ: ¡Voy a hablar con él!
MATILDE: Se fue, hoy ya no vuelve.
JOSÉ: Llamá a la enfermera.
MATILDE: Está sirviendo la comida.
JOSÉ: ¿Le pediste los fideos?
MATILDE: No me los va a traer, desde ahora, solamente tengo que comer verduras.
JOSÉ: Te traje pastelitos.
MATILDE: ¿En serio?
JOSÉ: Y cerveza. Toma, comelos antes de que se enfríen.
MATILDE: Andá a la puerta y avisame si viene, no quiero que la enfermera me vea comiendo
JOSÉ SE ASOMA AL PASILLO Y MIRA.
JOSÉ: Masticá tranquila, esto es un desierto.
MATILDE: ¿Cómo se te dio por comprarme pastelitos? ¿Sabías que hoy me iban a dar la noticia?
JOSÉ: No, nunca me hubiera imaginado que iban a adelantar la operación. Te traje por traer.
MATILDE: ¿Te fue bien con la declaración?
JOSÉ: Sí.
MATILDE: Tardaste mucho.
JOSÉ: El juez me hizo un montón de preguntas, quería agarrarme mal parado, pero yo tenía todo bien estudiado: solté dos lágrimas cuando dije como el camión aplastó a la viejita.
MATILDE: ¿La abogada quedó contenta?
JOSÉ: Me felicitó, dice que soy el mejor que tuvo en todos estos años.
MATILDE: ¿Cuánto te dio?
JOSÉ: Lo de siempre.
MATILDE: Dijiste que esta vez le ibas a pedir más.
JOSÉ: Agarro lo que me da o llama a otro: mentir está barato, hay un montón de gente que te hace de testigo por dos pesos. Apurate a
comer que te los traje calentitos.
MATILDE SE APURA A MASTICAR, LUEGO TOMA LA CERVEZA DEL PICO DE LA BOTELLA.
MATILDE: Es una porquería, ni se siente, ¿de dónde es?
JOSÉ: La traen de Norteamérica.
MATILDE: ¿No había cerveza alemana?
JOSÉ: No. ¿Cómo te sentís?
MATILDE: Mejor. ¿Te molesta que eructe?
JOSÉ: Nunca me molestó.
MATILDE: Como estoy por morirme, sería feo que lo último que vieras de mí sea un eructo. ERUCTA.
JOSÉ: Vos no te vas a morir.
MATILDE: ¿No escuchaste al doctor? “Hasta que no abramos no podemos saberque tiene adentro”. Lo mismo le dijeron a mi mamá y no salió nunca
más de la sala de operaciones.
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