Esta obra de Moliere se presentó en 1659, es una comedia sobre dos provincianas recién llegadas a la gran ciudad, que confunden a dos criados con unos señores de excelente posición económica y talento.

Las situaciones graciosas se suceden sin parar y puede adaptarse perfectamente a la época actual. Preciosas ridículas hay en cualquier tiempo.
Los personajes son: La Grange, Du croisy (estos dos son los verdaderos señores despreciados por las preciosas), Gorgibus (padre de una preciosa) Madelón (preciosa ridícula), Cathos (Preciosa ridícula) Pedro (sirviente), el Marqués de Mascarilla (criado que se hace pasar por marqués) y el Vizconde de Jodelet (otro criado haciéndola de gran señor).
Es una obra en un solo acto.

Las preciosas ridículas

  • Seis actores
  • Dos actrices
  • 40 minutos duración

Adaptación de Las Preciosas Ridículas

Adaptación de Tania Ruiz

 

La acción transcurre en Guadalajara, en un tiempo pasado tipo steampunk, todo en la sala/recibidor de las preciosas ridículas.

 

Acto único

 

Escena I

La Grange y Du Croisy

 

Du Croisy. – ¿La Grange?

La Grange. – ¿Qué?

Du Croisy. – Mírame un poco, sin reírte.

La Grange. – ¿Y bien?

Du Croisy. – ¿Qué opinas de nuestra visita? ¿Estás muy satisfecho de ella?

La Grange. – ¿Te parece que tenemos motivo para estarlo?

Du Croisy. – No del todo, en verdad.

La Grange.- En cuanto a mí, estoy completamente escandalizado. ¿Habías visto nunca a dos provincianas más desdeñosas que estas y a dos hombres tratados con más desprecio que nosotros? Apenas se dignaron a invitarnos a sentar. Se la pasaron enviando mensajes, revisando el celular, tomándose selfies y hasta tuvieron la osadía de publicar estas historias sobre lo aburridas que estaban. ¡No han contestado más que sí o no a lo que hemos preguntado! ¡No se nos puede tratar peor de lo que han hecho!

Du Croisy.- Ya cálmate, estás tomando todo muy a pecho.

La Grange.- ¡Claro! y quiero vengarme de esa impertinencia. Sé lo que las ha motivado a tratarnos con tanto desprecio. Es ese afán de ser influencer ha llegado a todos los rincones del país, estas ridículas provincianas creen que somos insignificantes solo porque no tenemos tik tok  ni una cuenta “aesthetic” de Instagram. Pero ya sé lo que haremos para que se den cuenta de su insensatez y aprendan a conocer mejor el mundo.

Du Croisy.- ¿Y cómo, pues?

La Grange.- Tengo cierto criado, se hace llamar Mascarilla en Tiktok, mira… (le muestra el teléfono)es un maniático, mentiroso, se cree famoso solo por tener 10 mil seguidores, se define como poeta, actor, cantante, género fluido, nada lo detiene, indefinible, libre como el viento y peligroso como el mar… ¿puedes creer que desprecia a los otros criados? Incluso los llama boomers.

Du Croisy.- ¿Y qué pretendes que haga?

La Grange.- ¿Qué pretendo que haga? Es preciso que… antes vámonos de aquí.

(Están a punto de salir, llega Gorgibus)

 

 

 

 

ESCENA II

 

Gorgibus.- ¡Caballeros! ¿han visto a mi sobrina y a mi hija? ¿Marcha bien el negocio? ¿este arroz ya se coció? ¿qué me cuentan sobre su visita?

La Grange.- Eso lo sabrá mejor por ellas que por nosotros. Lo único que podemos decir es “gracias, pero no gracias” y seguimos tan amigos como siempre.

Du Croisy.- Así es, hasta la próxima

Gorgibus.- Hasta la próxima… oiga… parece que ¡se van molestos de aquí! ¿Qué hicieron estas mocosas? ¡Ay, a mí me va a dar algo! ¡se me está bajando el azúcar! ¡Pedro, Pedro! ¡Pedro!

 

ESCENA III

Pedro.- ¿Qué?

Gorgibus.- No se dice qué, se dice mande. ¿Dónde están las niñas?

Pedro.- Dónde van a estar, en su recámara como siempre, no salen de ahí.

Gorgibus.- ¿Qué hacen?

Pedro.- Pues lo que hacen siempre, grabando sus tiktos de maquillaje, están haciendo una pintura casera o algún reto así.

Gorgibus.- Diles que bajen, ya es demasiado unto.

Pedro.- ¡Qué bajen!

Gorgibus.- ¡Que vayas a su recámara y las traigas! Yo hubiera podido gritarles.

Pedro.- Ni me pelan, Don Gorgi

Gorgibus.- ¡Y no me digas, don Gorgi, señor Gorgibus para ti! Aunque te cueste más trabajo, anda, ve… ¡Ve, que para eso te pago!

Pedro.- Pero el mínimo, sin prestaciones ni horas extras…

Gorgibus.- ¿Qué tanto reniegas?

Pedro.- Nada, don Gorgi (sale corriendo)

 

ESCENA IV

Gorgibus.- ¡Ay que ver lo que tengo que soportar! A mí me va a dar un ataque en cualquier momento. Esas bribonas tienen ganas de arruinarme con tanto maquillaje y ropa para sus bailes ridículos, a todas horas están con sus grabaciones, que si no son unos bizcochitos, y que si… (inserte aquí baile o canción del momento). Han llenado la casa de micrófonos, aros de luz, decoración para sus vídeos, cuatro criados vivirían a diario con lo que ellas se gastan en paquetes de datos.

 

ESCENA V

(Entran Madelón, Cathos y Gorgibus cantando y bailando algo de moda en tiktok, están grabando y quieren que Gorgibus se una al baile )

Gorgibus.- ¿Es necesaria tanta ridiculez? ¡Basta! A ver ¿qué le hicieron a esos caballeros para que salieran tan enojados? Les dije que los recibieran bien, como si fueran sus futuros maridos.

Madelón.- Papá, no se puede soportar la conducta de esos hombres.

Gorgibus.- ¿Qué tienes qué decir de ellos?

Madelón.- ¡Linda galantería la suya! ¡Cómo! ¿Empezar primero por el casamiento?

Gorgibus.- ¡Ah, caray! ¿pues por dónde quieres que empiecen? ¿por vivir juntos? ¿No es una conducta de la que tengan motivo para estar satisfechas, tanto ustedes como yo? ¿Hay nada más que agradecer que eso? Ese lazo sagrado al que aspiran ¿no es prueba de la honradez de sus intenciones?

Madelón.- ¡Ay, papá! Lo que dices es tan anticuado, me da vergüenza escucharte hablar de ese modo, deberías tomar unas clases para aprender a hablar de otra forma más elegante.

Gorgibus.- Qué clases ni qué ocho cuartos. El matrimonio es una cosa santa y sagrada, la gente honrada empieza por eso.

Madelón.- ¡Ay, papá! ¿cómo puedes decir eso? Si todos pensaran como tú ¿dónde quedaría el romance y la diversión?

Gorgibus.- A mí no me importa el romance ni la diversión.

Madelón.- Papá, aquí está mi prima, que te explicará igual que yo: que el matrimonio nunca debe llegar sino después de las otras aventuras. Primero hay hacer match, seguirse en Instagram, dar me gusta a todas las historias, pedir el whats, mandarse mensajes todos los días, hacer alguna videollamada. Después viene el enojo porque él le dio me gusta a la foto de otra chica. Tendrá que contentarnos, luchar contra nuestros admiradores, soportar nuestra toxiques, y después de todo eso, quizá, quizá podríamos empezar a pensar en el matrimonio. Pero empezar la novela por la cola… (hace seña de vomitar)

Gorgibus.- ¿Qué sarta de babosadas estoy escuchando?

Cathos.- Tío, mi prima tiene razón. ¡No podemos recibir a esos tipos tan aburridos! Te lo juro que no tienen insta, no saben lo que es tiktok, ¡ni siquiera tienen perfil en face! O sea ¿cómo puede ser interesante alguien que solo usa linkedin?

Vienen de visita amorosa sin ser nuestros seguidores, no nos invitan a algún lugar instagrameable, traen unos outifts aburridos que no sirven para las fotos, no quieren salir en las historias, no saben bailar el tiktok de moda ¡ni siquiera comparten reels de gatitos! ¿qué amantes son esos? Quieren platicar de verdad en lugar de enviarnos mensajes, eso no se puede soportar.

 

Gorgibus.- Creo que están locas las dos; no logro entender nada de esta palabrería. Cathos, y tú, Madelón…

Madelón.- ¡SHHH! Papá, no uses esos nombre raros y llámanos de otra forma.

Gorgibus.- ¿Cuáles nombres raros? ¿Qué esos no son sus nombres desde que las bautizamos?

Madelón.- ¡Ay papá! No puedo creer cómo puedes tener una hija tan sofisticada y espiritual como yo. ¿Te parece que Cathos o Madelón, pueden ser nombres de influencers? Por eso nadie nos sigue, prima, tenemos que cambiar nuestros perfiles.

Gorgibus.- Escuchen: basta solo con una palabra. No consiento en modo alguno que lleven otros nombres que los que les pusieron sus padrinos y madrinas, y en cuanto a esos señores: conozco sus bienes, a sus familias y van a aceptarlos por maridos. Me canso de mantenerlas, cuidar de dos señoritas como ustedes es una carga demasiado pesada para un hombre de mi edad.

Cathos.- Por lo que a mí respecta, solo puedo decir que encuentro el matrimonio una cosa completamente molesta. O sea yo no plancho ni barro ni voy por cigarros, ni tiendo la ropa ni lavo cacharros…

Madelón.- Permite que nos demos a conocer un poco como influencers de Guadalajara, acabamos de llegar. Déjanos construir nuestra historia a nuestro gusto y no nos obligues a empezar por el final.

Gorgibus.- ¡No cabe duda que están locas! No entiendo nada de esas ridiculeces, una de dos: o se casan o las meto de monjas, lo juro de verdad (se va)

 

ESCENA VI

Cathos.- ¡Dios mío, querida, qué boommer es tu padre! Qué ideas tan millenials, qué oscura está su alma.

Madelón.- ¿Qué quieres, querida? Me avergüenzo tanto por él. No puedo creer que realmente soy su hija, estoy segura que un buen día, alguna aventura me revelará a mi verdadero padre.

Cathos.- Sería muy posible, en cuanto a mí, cuando me contemplo…

 

ESCENA VII

Pedro.- ahí afuera preguntan que si están en casa.

Madelón.- aprende a hablar con estilo, di “¿están en condiciones adecuadas para recibir visitas?”

Pedro.- no me pagan lo suficiente para hablar con estilo.

Madelón.- ¡qué vulgar! Solo piensas en el dinero, ¿y quién pregunta por nosotras?

Pedro.- El marqués de Mascarilla.

Madelón.- (lo buscan en su cel) ¡ah! ¿Este marques?

Pedro.- pues sí, se parece, igual de ridículo.

Madelón.- ¡tiene 10 mil seguidores! ¡ah! ¡sí! Dile que nos puede ver. ¿será uno de nuestros cien seguidores?

Cathos.- seguramente, ¡empezamos a ser conocidas!

Madelón.- Hay que recibirlo aquí, a ver, te peino un poco. ¿Deberíamos estar grabando? para mantener nuestra reputación.

 

ESCENA VIII

 

MASCARILLA Y LOS PORTADORES DE LITERA (QUE SON DU CROISY Y LA GRANGE DISFRAZADOS)

LOS PORTADORES CARGAN A MASCARILLA Y TROPIEZAN CON TODO

Mascarilla.- ¡Cuidado! ¡cuidado! ¡cuidado! ¡ay, ay, ay! ¡me van a destrozar, estoy chocando con todo!

Portador 1.- ¡Es que la puerta es estrecha! Uste quiso entrar por aquí

Mascarilla.- bueno, ya bájenme, a ver, la selfie (toman la foto) “la mejor forma de llegar es con mis portadores de confianza, ampliamente recomendados” listo, váyanse

Portador 2.- Cuál váyanse, pague primero.

Mascarilla.- ¿Eh?

Portador 2.- Caigase con la lana.

Mascarilla.-  ¡ah! O sea ¿me estás pidiendo dinero a mí? Me acabo de tomar una selfie contigo, y lo publiqué, o sea, mira, está en mis historias, en mi estado de whats, o sea yo por esto cobro cinco mil pesos. Tengo 30 mil seguidores, 40000 si sumas los de todos mis perfiles! En este momento pueden ser 50 mil uno nunca sabe, suben en segundos!¡Esta foto ya tiene 7 me gusta!

Portador 2.- ¿Y sus me gusta nos darán de comer?

Mascarilla.- (lo abofetea) ¡ah, ah! ¿Cómo se atreve a hablarme así?

 

Portador 1.- (poniéndose en posición de pelea) nos paga o nos paga, pero con dinero de verdad.

 

Mascarilla.- ¡Cómo!

Portador 1.- Que nos pague ya.

Mascarilla.- Bueno, pero en ese caso yo tendré que mandarles mi factura por la mención que hice de ustedes en mis redes sociales.

Portador 1.- (LO GOLPEA) ¡Que nos pague ahora mismo!

Mascarilla.- ¡Esta bien! ¡Está bien! Tú pides las cosas como se debe, el otro no tiene tacto. Ten ¿estás contento?

Portador 1.- Pues no, porque le dio una bofetada  a mi amigo.

Mascarilla.- (Le da más dinero) ahí está, por el bofetón. Si cuando me piden las cosas por las buenas soy el mejor. Vengan por mi en unas dos horas, me invitaron al evento… (inserte aquí evento de moda)

Espero que hayas disfrutado esta historia tanto como yo disfruté al escribirla, no puedo agradecerte lo suficiente tu apoyo. Ser un escritor sin lectores no tiene sentido.

ESCENA IX

Pedro.- Dentro de un momento vendrán mis amas.

Mascarilla.- Por mí que no se apresuren… ¿me puede pasar la clave del wifi?

Pedro.- ¿eh?

Mascarilla.- el wifi… se me acabaron los datos.

Pedro.- ah! Sí, aquí está.

 

ESCENA X

(Entran Madelon y Cathos, grabando, fingiendo que no saben que Mascarilla está ahí. Lo ven y lo saludan “sorprendidas”)

Mascarilla.- Encantadoras damas, las sorprenderá sin duda, la osadía de mi visita, las sigo desde hace unas horas, son tan poderosos sus encantos, tan grande su fama, que no pude resistirme a hacerles una visita.

Madelón.- si buscas encantos no deberías haber venido con nosotras.

Cathos.- aún no somos tan famosas, tú tienes más seguidores.

Mascarilla.- ¡Ah! Estoy seguro de que ese número aumentará rápidamente, muy pronto serán las influencers más famosas de la perla tapatía.

Madelón.- ¡Es usted tan amable! Mi prima y yo apreciamos mucho sus palabras.

Mascarilla.- Díganme ¿hay aquí seguridad para mí?

Cathos.- Sí, ¿a qué le temes?

Mascarilla.- Algún robo de mi corazón, cualquier asesinato de mi franqueza, veo aquí unos ojos que tienen aspecto de atacar a las libertades. Exijo garantías de que no me harán ningún daño.

Madelón.- No tema, nuestros ojos no tienen malos propósitos, puede estar tranquilo que no le haremos ningún mal.

Cathos.- ¿Selfie?

(se toman fotos, publican, taggean)

Mascarilla.- ¿Y qué les parece Guadalajara? Vi en sus publicaciones que llegaron hace poco.

Madelón.- Estamos encantadas! Sobre todo por las plazas y Chapultepec, tiene muchos lugares instagrameables.

Cathos.- ¡Tiene la mejor colonia del mundo mundial! ¡Lástima que no vivimos en ella!

Mascarilla.- Sí, opino lo mismo, no nos podemos quejar. Guadalajara es hermosa ¿Reciben muchas visitas? ¿con cuáles influencers se reúnen?

 

Madelón.- ¡Ay! No somos aún conocidas, pero estamos en camino de serlo, tenemos una amiga tiktoker que prometió llevarnos a todos los eventos importantes.

Cathos.- y a los no importantes también.

Mascarilla.- Yo las voy a ayuda, soy súper famoso en la ciudad, no puedo salir sin que alguien quiera tomarse una foto conmigo. Conozco a todos los influencers que valen la pena, a los de negocios y criptomonedas, no, a esos no los soporto. Pero a todos los demás se los voy a presentar.

Madelón.- ¡Sí! Muchas gracias, eso es lo que buscamos, rodearnos de personas que quieren lo mismo que nosotras, le hemos pedido tanto al Universo, mandamos mucha buena vibra y ahora por fin, estamos recibiendo lo que merecemos. Solo queremos ser las que marcan tendencia, estar al corriente de todas las noticias importantes, conocer los nuevos bailes, inspirar los nuevos retos, ¡ser la próxima Kim Kardashian!

Cathos.- Es un desperdicio tener talento innato y no ponerlo al servicio de los demás, yo también quiero ser de las que marcan tendencia, de las que conocen todo lo importante que pasa en el mundo.

Mascarilla.- Hay que hacer una academia de influencers! No, una universidad de influencers. Yo soy buenísimo para eso, cuando quiero claro, uf, soy el mejor grabando, editando, inventando transiciones. Inicié varios de los retos de baile, grabé más de doscientos audios, soy el iniciador de miles de trends y el maestro de las selfies

Madelón.- ¡Me encantan! No encuentro nada mejor que eso, es todo un arte tomarte fotos sin que salga la papada o las ojeras marcadas.

Mascarilla.- Las selfies son complicadas, requieren de mucha técnica, les daré unos tips después.

Cathos.- Yo prefiero los vídeos con transiciones divertidas.

Mascarillas.- Eso ejercita la creatividad, esta mañana grabé cuatro, y me quedaron ¡wow! Se los enseñaré más tarde.

Madelón.- los blogs son agradables cuando están bien hechos, o sea sí son anticuados, pero a veces se antoja leer algo.

Mascarilla.- Son mi habilidad especial, estoy escribiendo uno de superación personal, cuento toda mi experiencia para que cualquiera pueda seguir mis pasos y ser un triunfador.

Madelón.- ¡Ay quiero leerlo! Estoy segura de que será muy inspirador.

Mascarilla.- por supuesto, después te paso el enlace. Ahora les quiero compartir una improvisación que hice ayer, en la casa de una duquesa, amiga mía, a quien fui a visitar, porque soy endemoniadamente hábil en improvisaciones.

Cathos.- La improvisación es la piedra de toque del ingenio.

Mascarilla.- Escuchen.

Madelón.- Somos todo oídos.

Mascarilla.- ¡Oh, oh! No estaba atento;

         Mientras te miro, sin vil pensamiento,

         Tus ojos, furtivos, me roban el corazón.

         ¡Al ladrón, al ladrón, al ladrón!

Cathos.- ¡Ay, diomío! Eso es llegar a lo más alto de la galantería.

Mascarilla.- Todo lo que hago tiene un aire de soltura, no huele a pedante.

Madelón.- Lejos está de eso.

Mascarilla.- ¿Han observado ese principio? ¡Oh, oh! Es extraordinario. ¡Oh, oh! Como un hombre que cae de pronto en la cuenta. ¡oh, oh! Es la sorpresa ¡oh, oh!

Madelón.- ¡Sí, encuentro admirable ese ¡oh, oh!

Mascarilla.- Parece que no es nada.

Cathos.- ¡Ay, diomío! ¿qué dices? Estas son cosas que no tienen precio.

Madelón.- Sin duda, y prefiero ese ¡oh, oh! A un poema épico.

Mascarilla.- ¡Tienes un gusto excelente!

Madelón.- No lo tengo del todo malo.

Mascarilla.- Pero ¿no admiran también ese “no estaba atento”, “no estaba atento”, no lo advertía? Manera natural de hablar; “no estaba atento, mientras te miro sin vil pensamiento”, mientras inocentemente, sin malicia ni impureza, como un pobre borreguito, “te miro”, es decir, me complazco en contemplarte, te observo, te examino; “tus ojos, furtivos…” ¿Qué les parece esa palabra “furtivos”? bastante vintage ¿no? Pero muy bien elegida.

Cathos.- perfectamente bien.

Mascarilla.- furtivos, quiere decir, actuando a escondidas; como si fuera un gato cazando a un ratón, “furtivos”

Madelón.- No puede haber nada mejor.

Mascarilla.- Me roban el corazón. Me lo arrebatan, me lo quitan ¡Al ladrón, al ladrón, al ladrón!

Madelon.- Todo tiene un tono espiritual y galante.

Mascarilla.- También le puse música.

Cathos.- OMG ¿qué instrumento tocas?

Mascarilla.- Ninguno

Cathos.- Entonces ¿cómo le pusiste música?

Mascarilla.- La gente de calidad lo sabe todo sin haber aprendido nunca nada.

Madelón.- Seguramente, querido.

Mascarilla.- Escuchen esto, espero que la música sea de su agrado. (Calienta la voz con ejercicios simpáticos) tra, lara, la, lala, la!. Este clima no es bueno para la delicadeza de mi voz, pero no mi importa… ahí voy… (canta)

Cathos.- ¡qué interpretación tan apasionada! Dan ganas de morirse!

Madelón.- ¡qué manera de jugar con tu voz!

Mascarilla.- ¿No encuentran bien expresado el pensamiento en la canción? (canta) ¡al ladrón! Y luego, como si se gritara muy fuerte: “al, al, al, al, al ladrón”. Y súbitamente, como una persona sin aliento: ¡al ladrón!

Madelón.- Eso es saber la entraña de las cosas, la verdadera entraña, la entraña de la entraña. Todo es tan espiritual y galante, muy piscis con escorpio.

Cathos.- Es maravilloso, no he escuchado nada de tal vigor.

Mascarilla.- Todo lo que hago se me ocurre espontáneamente, puro talento, cero estudio.

Madelón.- La naturaleza te ha tratado como una verdadera madre apasionada y eres el hijo mimado.

Mascarilla.- ¿Y ustedes, en qué emplean el tiempo?

Cathos.- En nada absolutamente.

Madelón.- Estamos en ayuno de diversiones, por mi padre, tiene unas ideas anticuadas, es muy boommer.

Cathos.- Es una Karen. No nos deja salir a conocer la ciudad.

Mascarilla.- ¡No es necesario salir! Les avisaré de cada live importante que tengan mis amigos influencers, me he comprometido a que lleguen al millón de suscriptores, cada nuevo influencer de la ciudad se acerca a mí a pedir mi ayuda. Así que cada vez que acepto ayudar a alguien veo todos sus lives y  comento ¡Esto es hermoso! Aunque aún no haya empezado.

Cathos.- Con eso basta, nosotras también haremos comentarios entusiastas.

Mascarilla.- No sé si me equivoque, pero tienen aspecto de haber hecho teatro en la escuela.

Madelón.- Y en todas las obras de la iglesia también.

Cathos.- Yo era la virgen María.

Mascarilla.- ¡Excelente! Tengo una comedia que quiero montar.

Cathos.- ¡Wow! ¿qué actores participarán?

Mascarilla.- ¡Qué pregunta! Pues solo los mejores, todos mis amigos tiktoqueros, solo ellos son capaces de verse naturales y transmitir sentimientos, los otros son unos ignorantes, todos los que salen en el cine mexicano no saben hablar ni detenerse en el buen momento. ¿Y, cómo se puede saber dónde está el chiste si el comediante no se detiene en él y nos advierte que hay que provocar el murmullo?

Cathos.- Exacto, hay maneras de hacer percibir las bellezas de una obra. Las cosas solo valen lo que se las hace valer.

Mascarilla.- ¿Qué les parecen estos adornos? ¿Complementan bien mi outfit?

Cathos.- Por completo.

Mascarilla.- ¿Está bien escogida la bolsa?

Madelón.- Perfectamente bien. Todos llevan a bimba y lola.

Mascarilla.- ¿Qué opinan de mis tacones?

Madelón.- Tienen un aspecto soberbio.

Mascarilla.- No cualquiera sabe caminar con esto.

Madelón.- No había conocido a alguien tan sofisticado como tú.

Mascarilla.- Huele esto.

Cathos.- No he respirado un olor tan agradable.

Mascarilla.- ¿Y esto?

Madelón.- Es sublime, delicioso, me afecta todos los sentidos.

Mascarilla.- ¿Qué dicen de mi camisa? ¿Cómo la encuentran?

Cathos.- Espantosamente bella.

Mascarilla.- Claro, cuesta más de mil dólares, tengo la manía de rodearme de puras cosas bellas.

Madelón.- x2

Cathos.- x3

Madelón.- Amo usar cosas exclusivas, no tolero nada que venga del tianguis.

Mascarilla.- ¡Ay, ay, ay! ¡Con cuidado! Maldita sea, amigues está muy mal tratar así, me tengo que quejar de su proceder, no es políticamente correcto.

Cathos.- ¿Cómo, pero, qué sucede, qué pasa?

Mascarilla.- ¿Cómo? ¡Las dos al mismo tiempo contra mi corazón!

Atacan a derecha e izquierda, eso no es justo, voy a gritar que me matan.

Cathos.- ¡Dice las cosas de una manera tan especial!

Madelón.- Tiene un estilo único y diferente.

Cathos.- Sientes más miedo que daño, tu corazón grita antes de que lo destrocen. ¿Beso de tres?

Mascarilla.- ¡Cómo, diablo!…

 

ESCENA XI

Pedro.- ¡Niñas! Quieren verlas.

Madelón.- ¿Quién?

Pedro.- El vizconde de Jodelet

Mascarilla.- ¿El vizconde de Jodelet?

Pedro.- Sí

Cathos.- ¿Lo conoces?

Mascarilla.- Obvio, es mi BFF

Madelón.- Déjalo pasar ¡rápido!

Mascarilla.- Hace tiempo que no lo veo en persona ¡qué emoción!

Cathos.-  Aquí está.

 

ESCENA XII

 

Mascarilla.- ¡Vizconde!

Jodelet.- ¡Marqués!

Mascarilla.- ¡Vizconde!

Jodelet.- ¡Marqués!

Mascarilla.- ¡Vizconde!

Jodelet.- ¡Marqués!

Mascarilla.- ¡Qué alegría verte!

Jodelet.- ¡Abrázame otra vez!

Madelón.- ¡Prima, empezamos a ser conocidas! Ya llegan los famosos a visitarnos.

Mascarilla.- Amigues, él es Jodelet, es digno de que lo conozcan.

Jodelet.- Venía a presentarme porque vi en la historia de mi amigo que se encontraba con dos encantadoras promesas tapatías.

Madelón.- ¡Eres muy amable!

Cathos.- Nos hicieron el día, esto se va a historias destacadas. ¿Selfie?

Mascarilla.- No se extrañen de ver así al vizconde, acaba de salir de una enfermedad que le ha dejado el rostro pálido.

Jodelet.- Pero no perdí el gusto ni el olfato ni la energía.

Mascarilla.- Así como lo ven, de chiquito y flaco, es uno de los grandes del parkur mexicano.

Jodelet.- Igual que tú, marqués, igual que tú.

Mascarilla.- Hemos hecho exhibiciones juntos.

Jodelet.- En sitios donde hacía mucho calor.

Mascarilla.- Pero no tanto como aquí. ¡Ay, ay, ay!

Jodelet.- Nos conocimos hace muchos años en el…

Mascarilla.- El servicio militar

Jodelet.- Cierto! La primera vez que nos vimos él estaba al mando del regimiento de caballería.

Mascarilla.- Y tú eras todo un general.

Madelón.- ¿Se puede ser general cuándo se hace el servicio militar?

Jodelet.- El servicio militar es muy especial, si eres persona importante te ascienden en seguida.

Cathos.- A mí me encantan los hombres en uniforme.

Madelón.- x2

Mascarilla.- ¿Te acuerdas, vizconde, de aquella media luna que le arrebatamos a los enemigos en el sitio de Atrás?

Jodelet.- ¿Media luna? ¡era una luna llena!

Mascarilla.- Tienes razón.

Jodelet.- ¡Claro que lo recuerdo! Esa vez me hirieron en la pierna con una granada, tengo las señales. Toquen, toquen aquí, así comprenderán qué herida fue aquella.

Cathos.- En verdad que es grande! La cicatriz

Mascarilla.- Toquen aquí, detrás de la cabeza ¿lo notan?

Madelón.- Sí, noto algo.

Mascarilla.- Es un espadazo que recibí en la última refriega que tuve.

Jodelet.- (Descubriendo su pecho) Aquí otra herida, me atravesaron parte a parte.

Mascarilla.- (Desabrochando su cinturón) tengo una más grande…

Madelón.- No es necesario, te creemos sin verla.

Mascarilla.- No me avergüenza revelar lo que soy.

Cathos.- No dudamos de lo que eres.

Mascarilla.- Vizconde ¿tienes tu carruaje?

Jodelet.- ¿Para qué?

Mascarilla.- Para salir a la Americana con estas hermosuras.

Madelón.- No podemos salir hoy.

Mascarilla.- Entonces hay que traer música.

Jodelet.- Poner música.

Mascarilla.- ¡No! Traer música para organizar un baile.

Jodelet.- ¡Jalo!

Madelón.- ¡Pedro! (entra)Ve a buscar un mariachi, y más personas, para tener una fiesta.

Pedro.- ¿Mariachi? ¿y de dónde chingados voy a sacar un mariachi? ¿habrá en rappi? (se va)

Mascarilla.- Vizconde, ¿qué dices de estos ojos?

Jodelet.- ¿Qué te parecen a ti, marqués?

Mascarilla.- Digo que me hacen experimentar extrañas sensaciones. Mi alma está atrapada en ese brillo.

Madelón.- ¡Ay! Amo, amo como hablas

Cathos.- Es tan romántico, elegante, divertido, inteligente.

Mascarilla.- Para mostrarles mi afecto improvisaré una poesía especialmente hecha para ustedes… (medita)

Cathos.- ya quiero escuchar lo que compondrá para nosotras.

Jodelet.- Yo podría hacer lo mismo, pero tengo un poco lastimada la vena poética, porque he hecho muchas poesías en días pasados.

Mascarilla.- ¿Qué me pasa? Siempre sale tan fácil el primer verso, pero me cuesta componer los demás. A ver, sin precipitarme, inhalo… exhalo… inhalo… exhalo… haré despacio una improvisación que les parecerá la más bella del mundo.

Jodelet.- Tiene un gran ingenio.

Mascarilla.- Jodelet, tómame una foto así como que no me doy cuenta y ponle: mi hermano del alma en concentración total, preparando su próximo éxito poétistico.

Madelón.- ¡Qué emoción!

Mascarilla.- Dime, vizconde, ¿hace cuánto que no ves a la condesa?

Jodelet.- Hace más de tres semanas que no la visito.

Mascarilla.- ¿No sabes que el duque vino a verme esta mañana? Me parece que está un poco celoso

Madelón.- ¡Llegó la música!

 

ESCENA XIII

Pedro.- Pues no conseguí mariachis, pero estos dos dicen que saben cantar.

Jodelet.- No vayan a tocar algo muy movido porque acabo de salir de una enfermedad y aún me cuesta respirar.

Mascarilla.- Oigan, se me hacen conocidos… ¿no son? No, no, no ¡no!

La Grange.- ¡Ah, ah! Sinvergüenza, descarados, ¿qué hacen aquí? hace tres horas que los buscamos.

Mascarilla.- ¡Ay, no me dijeron que los golpes estaban incluidos!

Jodelet.- ¡Ay, ay, ay!

Du Croisy.- ¡Otra vez te haces pasar por persona importante! Esto te enseñará a no fingir lo que no eres.

Madelón.- ¿Pero, qué es esto?

Jodelet.- Una apuesta

Cathos.- No se dejen pegar de ese modo! Los estoy grabando para hacer la denuncia!

Mascarilla.- ¡No! Quita ese teléfono, no hagan nada.

Madelón.- ¡No deben soportar ese trato en nuestra presencia!

Mascarilla.- ¡Que se callen! No pasa nada, son amigos.

Madelón.- ¿Cómo se atreven a perturbarnos así en nuestra casa?

Du Croisy.- ¿Cómo se atreven a tratar mejor a nuestros criados que a nosotros? Los dejan hasta bailar con ustedes.

Madelón.- ¿sus criados?

La Grange.- Sí, nuestros criados, y no es ni bonito ni honesto pervertirlos como lo estaban haciendo.

Madelón.- ¡Oh, qué insolencia!

La Grange.- Pero si quieren estar con ellos no será con nuestra ropa ni con nuestro dinero, a ver si los aman solo por sus lindas fotos. Quítense la ropa. ¡Rápido!

Jodelet.- ¡Adiós, lujos!

Mascarilla.- El marquesado y vizcondado por los suelos.

Du Croisy.- ¿Así que piensan que pueden competir con nosotros? No, de estas pulgas no brincan en su petate, vayan a buscar a otro sitio otras tontas para enamorar.

La Grange.- Es demasiado esto de hacerse pasar por personas de bien con nuestra ropa.

Mascarilla.- ¡Pero, yo pensé, que…!

Du Croisy,- la ropa, la ropa, más ropa, toda la ropa.

La Grange.- Ahora sigan con sus galanterías.

Du Croisy.- Señoritas, pueden seguir con sus jueguitos galantes, no nos importa. Las dejamos en total libertad de salir con nuestros criados.

La Grange.- sin celos ni rencores.

(Se van)

 

 

ESCENA XVI

Cathos.- ¡qué vergüenza!

Madelón.- Me muero de pena.

Gorgibus.- ¡Hijas del maíz! Acabo de enterarme de sus pendejadas, ahora resulta ¿y estos encuerados qué?

Madelón.- ¡Nos hicieron una broma!

Cathos.- Una muy cruel, nosotras no sabíamos.

Gorgibus.- Sí, pero esa broma resultó porque ustedes son unas infames, ofendieron a los caballeros con el trato que les dieron y ya no quieren casarse.

Madelón.- Te lo juro que nos vamos a vengar. Esto no quedará así.

Cathos.- ¡Ay, y ya subimos todo a las historias!

Gorgibus.- ¿Aquí siguen, desgraciados?

Mascarilla.- Está muy mal tratar así a un marqués, pero claro, así de racista e hipócrita es el mundo. Ay sí, muy mente abierta, muy only need is love, paz y amor, pero ahora nos desprecian por lo que nos querían.

Jodelet.- ¡Vámonos, marques! Nada tenemos que hacer aquí, vayamos a un lugar donde no importe la apariencia, sino el interior.

Mascarilla.- Vamos, aquí solo se ama la apariencia y no la virtud desnuda.

(Salen)

 

Escena XVII

Gorgibus.- Y ustedes, par de… no sé que me detiene para no meterlas de monja. Seremos la burla de todos, se reirán de mí por sus extravagancias, mañana seré el hazmerreir en la reunión de negocios ¡a su cuarto! ¡sin celular! ¡sin internet! ¡castigadas!

(salen)

Gorgibus (solo) y a todos ustedes, causantes de su locura, al titok, al instragam, al Facebook, al yutus, a los dizque fans, a los que aplauden y celebran las babosadas, a los necios que se la viven pegados a estos aparatos, a los influencers que no influyen en algo bueno, a todos ustedes espíritus ociosos que creen que esto es la vida… ¡vayan y chinguen a su repu…! (se lo lleva Pedro)

FIN